Hace algún tiempo que vengo cuestionándome si en verdad puedo administrar el tiempo, como si se tratase de algo acumulable o rentable o que yo pudiera manejarlo a mi disponibilidad o como mejor me convenga, pero la verdad es que eso no puede ser posible. No puede serlo por una causa básica, el tiempo es indomable, corre a una velocidad constante a nuestro alrededor y nos tienta para que juguemos con el, luego corre y se nos escapa por entre los dedos tal como si estuviéramos guardando un poco de agua en nuestras manos para un rato mas tomarla y saciar la sed y cuando lo vas a hacer el agua ya se ha derramado por entre nuestros dedos.
El tiempo es un pulso que marca el universo y nosotros solo debemos marchar a su ritmo, cada segundo que pasa no volverá jamas, no podre capturarlo y reutilizarlo o utilizarlo mas tarde, ya se fue por lo que cada vez que un segundo se vaya a escapar mire al cielo y vea una nube o vea que pasa a su alrededor, o agradezca lo que tiene o lo que no tiene, en fin pueden ser muchas las variables que se pueden administrar para poder tener la sensación de no estar perdiendo el tiempo.
No postergue, no deje para mañana lo que realmente le importa, imagínese que le quedan solo unas hora de vida, pregúntese que hará en esas horas a que se dedicará, donde le gustaría pasar esas horas, con quien. Teniendo claro lo que desea su vida puede ser distinta, pero todo depende de usted de lo que desee hacer con su vida y su tiempo.
Regálese tiempo para la reflexión personal, para usted mismo, para ver el vuelo de un pájaro, para oír la risa de su hijo o hija o de su compañero o compañera, o para saludar un viejo amigo o amiga o para no hacer nada solo respirar profundo y sentirse lleno de vida.
